¿DE DÓNDE SURGE EL CHAPERO?

La historia que queremos contarte viene porque quizá tengas la duda. Entonces queremos aclarártela. Un chaperos, al parecer, era un joven que ofrecía servicios sexuales a un hombre maduro y este le pagaba con las chapas, que eran unas monedas de poco valor. 

Otras de las teorías que se conocen es que este término proviene de la palabra “chaperón”. Capaz ya te lo imaginabas. Resulta que es una de las teorías menos apoyada. Pero también debes conocerla. Esto es porque un “chaperón” es un acompañante y es justamente lo que somos. ¡Sin miedo!

Así como hay distintas teorías acerca de dónde surge el término chaperos, también existen los tipos de clientes con los que estamos acostumbrados a tratar. 

ALGUNOS TIPOS DE CLIENTES DE UN CHAPERO

-Clientes con fetiches concretos: desde los más creíbles hasta los más increíbles. Todo lo que te puedas imaginar. 

-Clientes que quieren todos los complementos: suelen ser específicos y quieren que tengas todo preparado con lo que pidan para cuando llegue la hora. 

-Clientes VIP: son esos que se ganan un trato especial por parte de un chaperos. Puede incluir viajes, y reservas por mucho tiempo. 

-Los primerizos: normalmente están todos ansiosos. Nosotros nos encargamos de quitarle los nervios. Lo que hacemos es algo normal. Solo la queremos pasar bien. No hay por qué temer o hacer que la situación se tense. 

-Clientes sin control: sí. Ha pasado que nos llaman borrachos. Pasarla bien también depende del cliente y de qué tanto pueda hacer con tanto alcohol encima. 

ENTREVISTA A UN CHAPERO

-¿Chapero no es un término despectivo?

No. Es como puta o maricón: son términos que se pueden recuperar y subvertir, depende del contexto en el que se digan. Yo normalmente utilizo la palabra chaperos. En ocasiones también he dicho con mucho orgullo “soy chapero”.

Además, en el trabajo sexual masculino adulto no hay trata ni proxenetismo.

“Que yo sepa no”, señaló. Además, indicó que solo existen algunos casos concretos de menores. Resaltó que “tampoco hay muchos pisos de chaperos. En todo Barcelona sólo hay dos o tres”. El chapero se refería a pisos en los que haya un proxeneta sacándole trabajo a los chaperos. En el mismo sentido, hizo hincapié en que “somos todos autónomos”.

“En la calle no hay prostitución masculina, así que no tiene la visibilidad ni sufre la represión que padece la femenina. Más bien, se mezcla mucho con la fiesta”.

¿Cómo son los clientes?

“Muchos son señores heterosexuales casados. Muchísimos”. El entrevistado indicó que estos nunca firmarían un papel. Otra parte de los clientes son gays que lo aceptan formalmente. Sin embargo, “no son la mayoría”, dijo. “En esto nos parecemos los chaperos a las trans: la principal clientela son hombres muy conservadores”.